PAR DE ESCORA
El centro vélico se encuentra siempre a una cierta altura sobre la cubierta de la embarcación. En este punto actúa la resultante de las fuerzas del viento sobre las velas. Sobre el CRL, que está situado en la orza opera la resultante de la acción del agua que se opone al desplazamiento lateral del barco. Estas dos fuerzas, situadas a diferentes alturas, dan lugar al llamado par de escora Debido al mismo, la embarcación escora hasta que el valor de este par se iguala con el del par adrizante ya estudiado al tratar de la estabilidad. En el valor del ángulo de escora para el cual se igualan sus momentos, la embarcación navega manteniendo la escora constante y si varía la fuerza del viento, la embarcación buscaría una nueva situación de equilibrio. Unos buenos accesorios de acastillaje son fundamentales en tu barco
INTERACCIÓN DE LAS VELAS
Se ha visto con anterioridad como el viento, al incidir sobre una vela, modifica la trayectoria que seguía en el espacio libre. Si una embarcación, como es lo más corriente, iza más de una vela, la primera que entra en viento modifica la trayectoria de éste y debido a ello la segunda vela recibe un viento distinto del de la primera, tanto en dirección como en intensidad. Debido a esto, cada vela debe ser orientada de modo necesario para aprovechar al máximo el viento que le llega, evitando la formación de turbulencias y estrangulamientos en los canales existentes entre ellas.
ORIENTACIÓN DE LAS VELAS. PORTAR Y FLAMEAR
Las velas habrán de ser orientadas con respecto al viento del modo preciso para que se obtenga el mayor componente de avance posible. Suele decirse que una primera aproximación se obtiene orientándola en la bisectriz del ángulo que forma el viento con la línea de crujía. Al objeto de lograr un buen ajuste al orientar las velas, se disponen unas lanas o catavientos a la misma altura en ambas caras de la vela, y la orientación correcta se logra cuando las dos lanas están paralelas. Del mismo modo, en las balumas se cosen catavientos a distintas alturas para ayudar en la orientación, que se considera correcta cuando estos catavientos quedan en prolongación de la vela. También algunas velas disponen de cintas de color cosidas a distintas alturas, desde el gratil a la baluma, paralelas al pujamen. Su objeto es controlar la profundidad de la vela.
Si tiene correctas las tensiones en driza y puja- men, habrá de alcanzar su máximo valor aproximadamente a un tercio de la longitud de la cinta, a partir del gratil. Debido al rozamiento con la superficie del agua, el viento aparente no tiene igual dirección e intensidad a diferentes alturas. Por esta razón, los navegantes expertos consiguen dar a las velas una cierta torsión al objeto de que a las distintas alturas la vela consiga su rendimiento óptimo Si una vela se abandona libremente, se pone en la dirección del viento y flamea como una bandera. Si actuamos sobre la escota, orientándola, la vela se llena de viento, momento en el que se dice que la vela porta.